Sokol, el sentimental

Alejandro Sokol, el Bocha. Ese personaje que tanto queremos nació en Hurlingham en el 60. Entre tanto personaje rockero, el Bocha se destaca. Se sigue destacando 9 años después de esa madrugada de mierda en Córdoba. Nadie ocupó su lugar todavía. Ahí sigue habiendo un agujero. ¿Por qué? Porque Sokol no era un músico destacado. Porque Sokol tenía problemas. Porque Sokol se emocionaba. Porque Sokol descarriaba. Porque Sokol tomaba buenas decisiones. Porque Sokol tomaba decisiones que terminaron acabando con su vida. Porque Sokol no se subía a ningún pedestal. Es más, me atrevo a decir que ese pedestal le resultaba incómodo. Como si quisiera nunca haber dejado de tocar folclore y temas populares en la casa de su amigo Germán. El Bocha que cantaba era el mismo Alejandro Sokol que se sentaba a comer con su mujer. Que iba a visitar a la vieja. Quizás el rock no estaba listo para alguien tan auténtico.


El tema que nos trae acá hoy a escribir estas palabras es una faceta de nuestro querido Bocha. El romántico, el sentimental. Siempre se le escapaban uno, dos temas por álbum. De esos que, sabiendo que él ya no está más, se te meten en los ojos. En una biografía del Bocha seguramente haya un capítulo dedicado al tiempo en el que dejó SUMO para hacerse mormón con su mujer. Nosotros no sabemos mucho de esos momentos de su vida. Pero hay algo que nos queda claro. Sokol era un tipo profundo y eso tenía más peso en su vida que el de ser una figura reconocida. Cuando SUMO empìeza a tener repercución, el se escapa a una vida de reflexión con su reciente familia. Cuando le preguntaron por qué no se comunicaba con el público como frontman de una banda tan importante como Las Pelotas dijo lo siguiente.

"¡Y que querés que diga si yo soy un tarado! Soy cantante de rock porque no sé hacer otra cosa. No sirvo. Trato de hablar lo menos posible, porque a los pibes por ahí les pinta idolatrarte o hacer lo que vos decís y es una cagada. No soy un apóstol, ni siquiera una buena persona. ¡No soy ejemplo ni para mis hijos!"


Empezamos este repaso con la primera placa de la banda (en nuestra consideración, el mejor disco de la banda y una de las joyas del RN). El disco cuenta con 10 canciones, todas cantadas por Sokol. Entre canciones que hablan de todo un poco, encontramos un tema que aún hoy es de los más "marketineros" de la banda. Bombachitas Rosas. Un arpegio de Do da comienzo a una canción de ¿amor? Muchos días quise hablar, muchas sombras hay acá. Cuando te busco no estás, cuando te encuentro te vas. Aparentemente si, es una canción de amor. Dauffunchio contó una vez que en los primeros recitales lo cantaban con acento gallego, para darle un toque de gracia y evitar la vergüenza de cantar algo romántico. Para nosotros, más allá de ser una canción amorosa, habla mucho de lo que se siente al tener una releación y vivir la vida de estos tipos. Sentimos a un Bocha cantando a los gritos y abriendo lo que siente. Desde adentro. Entras en mi casa hoy, tienes miedo a lo que soy. Dice eso. Si sabés que voy a hacer, no me quieras convencer.






Siguiendo, nos vamos a la segunda placa de la banda: Máscaras de sal. Quizás el más "duro" de todos sus álbumes. Con varios temas cantados por Germán, y hablando de temas más serios. Y un par de reggaes de lo mejor de su repertorio. Al final, como anteúltima canción del disco se cuela una distinta. Si supiera. Con una intro de viento que el público pelotero inmortalizaría con el famoso "las pelo, las pelo...", de vuelta tenemos a un Sokol hablandonos de lo que siente. Si supiera a dónde ir, intentaría fugarme solo para poder seguir.


En 1998, Las Pelotas larga su cuarto disco de estudio llamado Para qué?. La canción que le da nombre al disco es un tema tranquilo cantado por Sokol casi como si te estuviera hablando. Vas perdiendo la noción, vas cambiando de estación. En el videoclip se ve en un momento una iglesia. De vuelta el Bocha se las arregla para meter su costado sentimental. Un gran ¿para qué?


Esperando el milagro simboliza el salto a la fama y la inmortalidad indiscutida de la banda en la historia del rock argentino. Su corte de difusión Será la coreó hasta el cajero del chino de Juramento y Triunvirato que no cazaba un fulbo de español. Dicen allegados que fue el albúm en el que menos participación tuvo Sokol. La relación con la banda (calculo que más que nada con Germán) estaba erosionada. El pelado es el personaje principal de la película ahora. Sin embargo, el Bocha mete dos temas de puta madre. Día Felíz y Abejas. Nos quedamos con este último. Claramente el más íntimo de los temas de Sokol. Y cuando escuchamos su Abrazame, yo te lo pido. Abrazame, que tengo frío, nos lo imaginamos una fría madrugada de enero, en una parada de colectivo de río cuarto, y queremos llevarle una frazada a ese Bocha que se muere.


En su última participación en el estudio como miembro de Las Pelotas, el Bocha canta un tema que se tocará en todos los recitales de la banda de ahí en más. La canción se llama Ya no estás, y es el track sentimental de la placa. En su estribillo dice Imaginarte desde la cama y no te encuentro en ningún lugar. Quisiera verte esta mañana, para olvidarme que ya no estás.



Y así cerramos este artículo (?). Con el Bocha sentimental. Esto no quiere decir que es el Bocha que más nos gusta, ni el que menos. Simplemente es una faceta escondida. Que se muestra de a poquito. Una dosis cuidada administrada por goteo. Y no podía ser de otra manera. Porque el Bocha nos gusta así. Como es. Para cerrar los dejo llorando con esto que dijo para el documental Luca, unos meses antes de que se nos fuera. Saludos y que sea rock. SNM.


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